sábado, 16 de mayo de 2009

Declaración de amor a un "anillo".



Desde que te vi en un cine, pensé: te quiero.

Llevo mucho tiempo búscandote, largos meses incansables pasaban mientras te escurrías de mis manos, e imitadores intentaban enturbiar mi mente. Imitadores, sí, porque tú, eres el original.
Tantas copias y parecidos casi logran confundirme. Menos mal... que soy cabezona.

¿Pensaban que iba a conformarme con el primero que se te pareciera?


Yo te quería a ti. Única, y exclusivamente.
Me desesperaba pensar, que entre tantos otros que pueblan el mundo, tú nunca aparecieses. Especial y único. Incomparable.



Un día, te vi. Justo cuando la ilusión desaparecía, el día menos pensado, apareciste y llenaste de color los días.
¿Qué hacer? Si SIEMPRE en el último segundo los nervios y la inseguridad se apoderaban de mi, traicioneros, y nunca dejaban decidirme a plantarte cara.
-¿Le quieres?- me preguntaba a mi misma.
-¡SÍ!- desesperada y angustiada contestaba sin pensar.
-¿Entonces...? (madera pa peonces).


Llevaba mucho tiempo observándote, sin llegar a decidirme. Cada día, pensaba en ti, abandonado en algún sitio, sin nadie que te quisiera, al igual que yo. Solo. En manejarte entre mis dedos, en el placer de mirarte incansable hasta no pestañear. Tu imagen revoltosa anidaba en mi mente, y ésta, echaba a volar, junto con tus cincuenta colores, tiñéndome de sueños.



Pero quizás el valor no sea tan importante, y lo sea más esa pequeña locura que te da el empujón a lanzarte al vacío. (Y a veces esa locura, se llama cerveza.)

Fui a por ti.



Entré.
Te vi.
No eras perfecto, ni lo eres, pero me gustas.
Me gustas mucho más que en mis sueños. Porque eres real. Porque ahora te tengo conmigo. Me gustas, precisamente por eso, porque no eres perfecto. Por eso no me gustas, ¡Me Encantas!
Eres mejor que todas mis imaginaciones juntas.

Ahora te miro.
Sonrío.
Estás en mi joyero.
Soy una joyera orgullosa de mi adquisición. Me gusta pensar en tenerte. Me gustas.



La espera mereció la pena. La búsqueda, también.

Menos mal... que soy cabezona.


Ahora mismo voy a tirar el ticket de devolución a la basura. ¡¡Casi es un insulto!! Pienso quedarme contigo para siempre.

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