miércoles, 10 de febrero de 2010

Un mal viernes. (La ciudad dormida)

Mientras la ciudad duerme, madre, tú no sabes que tu hijo de 15 años, ése tan responsable, se escapa de casa para ir a volar al parque. Al mismo que de pequeño no le dejabas ir porque había yonkis, pero amiga, no supiste educarlo en ser feliz.

Fracasos varios que se alumbran a la luz de la luna.

Ya me canso de este ambiente de gente acabada (todos se hacen los borrachos para enrrollarse entre ellos) casi me doy pena, y me duelen los tornillos de la pierna.
Si cojo la la primera a la izquierda, mientras tu ciudad perfecta y maquillada de mentiras duerme, me encuentro en el primer portal de la calle a atravesar un infeliz vomitando su felicidad en trozos de tortilla. SOLO.
Cruzo la calle mientras un coche bastante tuneado hace amago de atropellarme, y casi levita por sí solo con el volúmen del chunta-chunta a punto de romper los cristales.
Dos portales más arriba, dos amantes se lo dan todo, sin pudor, recato o discreción. Los gemidos nacen de las alcantarillas...

En la esquina dos delgados discuten -me imagino- por un saquito blanco, nerviosos, huesos tintineantes sumergidos en ese mar de ropas gigantes y pieles ajadas.

Si tiro hacia la derecha ahora, un cubano/ana explosivo/iva me desea: "buenah nohchieh, amol", y casi me siento violada por su forma de hablar, helmano!


Quizás no lo sepas pero, mientras la ciudad duerme, a tu vecino, ése de buen género que aún sigue inexplicablemente soltero, le gusta ir a bares donde niñas de 14 años se agitan frenéticamente a ritmo de reguetón.
Mientras duerme esta ciudad, echan agua en las calles, y por eso siempre la noche aquí me parece un infierno húmedo y frío a la hora de volver a casa.

Un vagabundo en el cajero.

Un grupo de mujeres poniéndose en ridículo a sí mismas con pollas en las cabezas.

...

El jazz en los oídos suaviza la visión de estos fracasos: la música amansa a las fieras. ¿?
Pero aquí, la noche parece que despierta a las bestias
que llevamos dentro.

Al día siguiente al despertar, todos serán correctos, personas lo suficientemente educadas, para seguir viviendo en sociedad.


Creo, que me haré una promesa: no salir más hasta que este mal invierno desaparezca.

Me siento una farsante, si por un instante pienso que soy algo mejor que todos ellos...

En fin, un mal viernes.

7 comentarios:

  1. Yo tampoco debería salir hasta que hiciera buen tiempo, me cabrea el hecho de llevar 6 capas de ropa y seguir teniendo frío!

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  2. Muy bueno el relato. Te falta alguna coma y alguna cosilla de expresión para mejorarlo.
    Pero ya digo, muy muy bueno.
    Un saludo
    P.d. Ya le pregunaré al que vela el sueño de las marmotas tu procedencia :)

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  3. Que bonito Marina. Como todo lo que escribes, rebosa poesía. Podría llamarse "Una noche es suburbia", haciendo honor a Nach.

    Espero verte pronto.

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  4. Me ha tocado la fibra este retrato. Que no relato.

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  5. Muy bueno. Y así es la noche, tan adictiva como repugnante. Alegre y agresiva a la vez. Me gusta y la odio al mismo tiempo, lo que no significa que me vaya a quedar en mi casa, a pesar de saber lo que hay.
    Somos unos hipócritas si pensamos que nosotros somos diferentes a "la masa".

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